Esa cajita sabia que todos tenemos, que llevamos de un lado a otro sin dejar desaparecer por todo y cada uno de los recuerdos que ella conlleva, y que esos días de melancolías abres y salen todos a flor de piel.
Esas miradas de complicidad, esa mano que nos roza sintiendo
cada estría de nuestra piel, aquella lagrima caer y esa gran sonrisa de
felicidad.
Las historias no mueren, prevalecen en nuestras vidas. Vemos
el tiempo pasar y no somos conscientes de lo que en la cajita solemos guardar,
mil y una confesiones, muchas historias y una canción.
Abre tu cajita…