Relato, Tú olor...


Hoy nuevamente me llamo el deseo.
    
   Me encuentro en una habitación pequeña, dentro de ella un gran sofá con ropa oscura, mirando a mi alrededor a la derecha hay una lámpara antigua, un poco más al fondo una ventana cerrada, una mesa frente a mi y justo en al lado izquierdo de ella un libro, al otro lado, una puerta, me levante lentamente hacia ella, todo estaba
en silencio, sensaciones hacen que la abra, al salir al pasillo me atrajo un tibio olor reconocido, y seguí caminando.

Sólo escuchaba como la goma de mi zapato crujía en un suelo reflejante. Algo me decía que debía parar, abrí una puerta lentamente para no hacer ruido, asomándome, adentrando sólo mi cabeza, ese olor me guiaba, me llevaba a mirar dentro,  pero no estabas allí.
Seguí hacia delante, mi pecho se alza y el pasillo se acortaba llevándome a la puerta de salida, me paré frente a frente mirando hacia ella y ese olor de nuevo hacía que respirase profundamente, cambie mi camino siguiendo el pasillo, mis pasos son cada vez más largos, mi cuerpo se altera percibiendo ese olor estando ahí, inquieta dejo de andar una fuerza que golpea cada vez más fuerte mi pecho, haciendo latir mi corazón cada vez más acelerado, al sentir el calor que yace a través de la puerta.

Mis deseos son cada vez más fuertes.

Respiro, te miro y sonrío.


Me acerco a ti, tu alma duerme, sigo sonriendo apartando el pelo de tu rostro, tu respiración se agita momentáneamente al acariciar tu cara, con el gesto cálido de tu cuerpo.

Parada al lado tuyo, mi deseo es cada vez más irresistible a ti, quito cada unos de los botones de mi camisa dejándola caer por mis hombros al suelo, mi cuerpo empieza a templar y mi deseo es cada vez más fuerte, yaciendo a tu lado completamente dos cuerpos desnudos encontrando ese olor, tu perfume en tu cuello. 
Sobre tí mirándote posé la yema de mis dedos en tus labios, tu leve sonrisa. 
Tu pecho alcanzaba al mío al respirar. Sonrío bajando lentamente por tu barbilla, recorriendo cada centímetro de tu cuerpo, acariciándote hasta llegar a tus caderas, acerco despacio mis labios besando tu cuello alzado por la tensión del deseo, subiendo poco a poco con las yemas de mis dedos por tu busto, encogiendo todo tu cuerpo, besando tu cuello, busco tus labios con los míos, mientras nuestras manos se enlazan intensamente dejándonos fundir en un sólo abrazo, miradas de complicidad me acercan cada vez más a tí.

Acaricias mi perfil besando mis labios, dejando notar ese deseo mutuo de sentir cada centímetro  de nuestras piel, el latir de nuestros corazones golpean acelerados curvando nuestros cuerpos bajo las sabanas yacientes de un calor enamorado, acariciándonos, sintiéndonos, rompiendo el deseo de tu cuerpo en un movimiento de caderas, besos, caricias, rompes con tu respiración acelerada, sabanas desgarradas,  tu cuerpo reacciona inclinándose, totalmente curvado.
Desafío caricias rindiéndote ante mi de placer, respiras cada vez más profundo hasta soltar toda la tensión, hasta desvanecer en mis brazos rendida de pasión, dejando caer tu cuerpo encima del mio, arropándote con mis brazos, tapando nuestros cuerpos desnudos y cálidos, dejando que nuestras almas descansen, mientras yo escapo susurrándote mi amor…