Aquí en mi reposo pienso y siento, yace en mi raíces
desconocidas, miro al frente y veo como pasean las palomas dejándose alentar
entre ellas, quizás ellas me miren y sientan mi tranquilidad, fijo mi mirada en
un punto haya en el interior de la alborada y dejo caer mis hombros en este
gran tilo centenario, me
he sentado aquí para observar, a veces quedarse en silencio deja la mente en blanco, se que lo conseguiré, cierro los ojos y siento como las palomas revolotean cerca de la fuente, este calor las tiene ausentada y mojan sus plumajes sin más.
he sentado aquí para observar, a veces quedarse en silencio deja la mente en blanco, se que lo conseguiré, cierro los ojos y siento como las palomas revolotean cerca de la fuente, este calor las tiene ausentada y mojan sus plumajes sin más.
sigo aquí sentada y oigo el cantar de los pajarillos, a la
misma vez que el correr del agua como si fuese el de un afluente, llego al límite
de mi tranquilidad y ahí...
Ahí acabáis de oír mi
mente en blanco es un placer poder disfrutar de la naturaleza y poder sentir
con los ojos cerrados esas sensaciones que despiertos nos pasan desapercibidas.