San Nicolás del Puerto es un municipio español de la
provincia de Sevilla, Andalucía. Está situado a 93 kilómetros al noreste de
Sevilla capital, a 590 metros sobre el nivel del mar. Tiene una extensión de
44,88 km² y una población de 681 habitantes.
Los primeros asentamientos humanos en estas tierras se
remontan a los lejanos tiempos de los celtas, que se establecen en un lugar
denominado Iporci. Los romanos también dejan su impronta, existiendo numerosos
restos que así lo atestiguan, el más importante de los cuales es el puente de
piedra sobre el río Galindón, reformado en la Edad Media. Según algunos
autores, los romanos fundan sobre el mismo asentamiento anterior la ciudad de Fortuumade
o Fortunales, enclavada en terrenos de alto valor estratégico.
En 1594 formaba parte del reino de Sevilla en la Sierra
Norte de Sevilla y contaba con 97 vecinos.
Cuaderno de Bitácoras
Nos lanzamos a por una aventura
más, para los que no lo saben me gusta mucho ir de camping a la sierra y esta
vez elegimos un gran paraíso en la sierra norte de Sevilla.
Llenamos la nevera de comida y a
la sierra. Al llegar al camping La Fundición en el km 2 hacia San Nicolás del
Puerto, nos damos cuenta que desaparece la cobertura móvil. Cosa que ha día de
hoy mucha gente no puede soportar estar incomunicado con eso de las redes
sociales.
Pues si un fin de semana sin
llamadas, sin whatsapp, sin faccebook, etc, que ya hacía falta, sólo la
naturaleza y yo, bueno los pájaros, los insectos y demás seres vivos…
Montamos nuestra tienda y después
de unas risas, accedimos a comer desplegando una mesita que me regaló mi padre,
qué rico, esa tortilla de patatas y la compañía…
Con mochila en mano nos desviamos
a pocos kilómetros, como ya sabéis me gusta el senderismo y todo lo que
conlleva un rato de reflexión con la naturaleza.
Allá vamos…
En nuestra travesía nos
acompañaban pajaritos, aunque el sol apretaba fuerte, la inmensa alborada y el
riachuelo nos daba esos contrastes de fresco y ese olor a verde florecido.
Legamos al área recreativa del
Nacimiento del Hueznár, menudo edén, nos lanzamos a andar casi sin rumbo en
busca del ruido de la gran afluencia de agua y, senderos de tierra amarilla
rodeado de inmensos arboles a su alrededor.
Cada vez estaba mas cerca el
ruido del agua, cuál fue nuestra sorpresa al encontrarnos esos llantos claros
de esas aguas de su nacimiento, las cascados del Hueznár.
Cómo no íbamos a sanear el cuerpo
con esas aguas limpias pero heladas y como dirían por ahí, ¡al agua pato!
Una vez secos regresamos al
camping ya casi anocheciendo y con bastante apetito ya que habíamos andado mucho.
Una buena ducha y a ver que otra
cosilla comeríamos de la nevera.
Ya comiendo nos dimos cuenta que
frente a nosotros había parado unos Scouts, y os preguntaréis el por qué me
llamó la atención, pues sencilla razón, estaban allí sentaditos y eran tan "nanos",
tendrían como unos 7 añitos y bueno, allí andaban contando historias y hablando
de animalillos del bosque.
El tiempo se echó encima y nos
fuimos a dormir, a la mañana siguiente tendríamos que levantarnos para seguir
otro nuevo camino y poder fotografiar cosas tan bellas como os dejo aquí.
Si queréis "raptar" a
alguien y quieres que sólo la naturaleza sea testigo de un fin de semana en plena
sierra os aconsejo que con tan sólo una tienda campaña, unos sacos y una
neverita llena de comida serían suficientes…
Fotografía. Nuria de la Fuente