Desde el desván puedo observar que los cristales empañados están,
sentada aquí en este sillón miro y escucho cómo sus dedos en el piano deja
caer, suena, suena esa melodía del ayer, la que me enamoró, la que arrancó de
mi pecho esa sensación de amor…
Suspiro y siento como tus labios rozan mis labios tan sólo un instante cerrando mis ojos, y nuevamente esa letra de piano que estremece mis sentidos de quererte hasta el amanecer…
Insistes en ilusionarme, en quererme, en sostenerme entre tus
brazos con media voz susurrándome que tu mujer seré, que de felicidad llenarás
mi vida de dulces encuentro entre los dos…
Desde el desván puedo soñar momentos vividos que nacieron de
un pasado, que llegaron a un presente y sin más, sin más pienso, acaso me
acompañarás en un futuro…
Quemo mis manos tocando esa letra que en mi piano y en mi
piel tatuada está, de esa noche que sólo velas alumbraban nuestros cuerpos
dejando nuestras almas descansar…
Suenan esas teclas de piano mientras miro tras la ventana
empañada llena de lagrimas, añorando esa melodía que en tu voz decía cielo a tu
lado nunca dejaré de estar…