A veces nos aferramos a la tristeza, a la que no podemos pedirle ni una sola sonrisa, a veces ahogamos nuestras agonías a suelos lejanos, a esperanzas que no vemos por ese ser llamado tristeza, quizás sobrevaloramos tanto el daño
que el corazón combate
cada día con sentimientos que guarda, tal vez si miramos alrededor podemos
encontrar algo más que el suelo que pisamos, y veamos mas huellas en el camino
sin hormas de zapatos…